NEH
Ayer me paseé por París de tu mano.
El Sena era azul.
Saludamos a un par de demonios
que vigilaban la ciudad desde la isla de la Señora.
En un banco, Borges hablaba con Borges,
y la carroza de la princesa
se volvió calabaza en el Alma.
Una mosca navegaba perezosa
Campos Elíseos arriba.
Y vimos una cabeza al pie de un árbol,
junto al Petit Château.
Napoleón, triunfante bajo el nuevo Arco,
espoleaba un caballo.
En Montmatre compramos un par
de cuadros naïf.
Saludamos a Vigny,
que lanzaba una botella al mar
desde el Monte de los Olivos,
mientras aquel triste lobo agonizante lo miraba.
Un beso escapó de tu boca
y voló hacia Versalles.
Baudelaire, en el asfalto,
plantaba flores malditas,
Riendo buscamos tesoros bajo la pirámide
y la dama sonriente
no dejaba de observarnos.
Caía la tarde,
nos sentamos en la hierba,
a la sombra de la torre,
para comer un cruasán.
Pero ahora ya no estoy segura…
¿Ayer estuve en París contigo
o contigo en un trozo de cielo?
No te quedó rincón de París ni magia para entrelazar a tus versos. ¡Precioso!
Un beso 🙂
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Delicioso…
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